12 de mayo de 2011

Grande Arrabal

Fernando Arrabal ha presentado una obra en el Círculo de Bellas Artes y, como miembro del Área de Prensa de esa santa casa me ha tocado acompañarle a un par de compromisos con la prensa. He descubierto a un tipo histriónicamente inteligente y brillante, anarquista e iconoclasta profundo y, al mismo tiempo, dulce, buscador de la utopía del amor, tremendamente educado y enormemente divertido. Como ridículo homenaje personal os dejo con un par de entrevistas con él: la que le hizo La Sexta el otro día en mi trabajo y una un par de meses más antigua, también en la Sexta, que no tiene ningún desperdicio (gracias, Sonia, por la pista).



Política(s)

Ya hace unos días que está en la calle el último número de la revista 21. En ella publico un mini-reportaje sobre otras maneras de hacer política, centrado en los partidos independientes y las agrupaciones electorales. Me parecen dos maneras de eludir el cerrojazo político que el bipartidismo mediático que reina en nuestro país parece imponernos a los ciudadanos que amamos la política y odiamos la manera en que se practica actualmente. Os lo copio aquí por si a alguno le pudiera resultar a) útil, b) interesante, o c) otra.

Agrupaciones de electores y partidos independientes
Otra política es posible
El desapego de los ciudadanos españoles de la política es un hecho evidente. Al menos, de la forma de entenderla de los grandes partidos. Ante el descontento general, hay ciudadanos que optan no por darle la espalda a la política, sino por implicarse más. Las elecciones municipales son el escenario ideal para ello.
“Somos un grupo de ciudadanos a los que nos gusta nuestra ciudad. Sin embargo, no nos gusta la manera en que los políticos la han gestionado. Su prioridad no son los intereses de los ciudadanos, toman decisiones en contra del sentido común y de forma muy poco transparente. Queremos contribuir a que eso cambie”.
Así se expresa es Susana Martínez, una de las promotoras de la Plataforma +de un Ciudadano, que hace unos días conseguía reunir las 1.500 firmas que la Ley Electoral les exige para presentarse como agrupación de electores en Guadalajara. A la hora de cerrar estas páginas estaban pendiente de la convalidación de las firmas por el secretario
Podríamos escuchar argumentos casi idénticos de otros muchos portavoces de iniciativas similares. El descontento con la forma de hacer política de los partidos históricos de nuestro país es cada vez más patente. Las encuestas arrojan cada mes valoraciones progresivamente negativas de los líderes políticos. La crisis económica y la sensación de que las decisiones políticas se toman teniendo en cuenta intereses que no son los de los ciudadanos han acentuado una tendencia que viene de atrás.
En esta encrucijada de desorientación, muchos ciudadanos deciden que la solución no es darle la espalda a la política, sino implicarse más en ella. Es difícil conseguir levantar una alternativa política nacional, ya que el dinero necesario para poner en pie una infraestructura partidaria y hacer calar un nuevo mensaje político es mucho. Pero algo bastante más factible a nivel municipal.
Aunque no suelen ser noticia, las opciones independientes han estado muy presentes en las elecciones municipales. En las tres últimas convocatorias (1999, 2003 y 2007) las agrupaciones de electores y los partidos independientes han sumado entre 1,4 y 1,6 millones de votos (alrededor de un 7%) y alrededor de 5.500 concejales de los cerca de 70.000 que se eligen en cada convocatoria electoral municipal.
Algunas de esas candidaturas han crecido hasta convertirse en verdaderos partidos regionalistas. La Candidatura Independiente-Partido de Castilla y León obtuvo en las últimas elecciones municipales 19.885 votos que le dieron 149 concejales. Muy por encima de un partido regionalista histórico como Tierra Comunera (14.331 votos y 85 concejales). La Agrupación de Electores Independiente Zamoranos (ADEIZA) obtuvo 6.705 votos y 63 concejales. Ese apoyo le convirtió en la tercera fuerza política más votada en la provincia de Zamora y le permitió elegir un diputado provincial. En Cataluña, la Federación de Independientes de Cataluña obtuvo 17.478 votos y 86 concejales. Existe incluso una Confederación de Agrupaciones Políticas Independiente (CAPI), por el momento escasamente significativa.
Pocos datos se pueden recabar a nivel nacional de estas iniciativas. Si miramos el ejemplo de Galicia, en las pasadas elecciones municipales los tres partidos de implantación nacional y los consolidados nacionalistas del BNG obtuvieron más del 80% de los votos. El resto se distribuyó entre opciones regionalistas como Terra Galega y multitud de pequeños partidos independientes y agrupaciones de electores como Unión del Condado de Paranta, Alternativa dos vecinos o Cidadans por Betanzos. Este tipo de iniciativas tal vez sean de corto alcance, en número de votantes y en el tiempo, pero demuestran que es posible otro modo de hacer política y que los ciudadanos tenemos más poder del que muchas veces queremos reconocer.

Partidos y agrupaciones de electores
Constituir un partido político no es difícil. Basta con media docena de personas que se junten, aprueben unos estatutos conforme a la ley, los consignen en un documento público y se inscriban en el registro de partidos del Ministerio del Interior. Más difícil es poner en pie una agrupación de electores que, además, sólo tiene vigencia para una convocatoria electoral en concreto.
Según el artículo 187.3 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, para presentar candidaturas las agrupaciones de electores que concurran a unas elecciones municipales se necesita el apoyo de un significativo número de los inscritos en el censo electoral del Municipio. Sus firmas deben ser autenticadas notarialmente o por el Secretario de la Corporación municipal correspondiente.
Las cifras de respaldo que se exigen son un serio obstáculo para su constitución. Van del 1% de los inscritos en el censo electoral en los municipios de menos de 5.000 habitantes a los 8.000 en municipios de más de un millón de habitantes, pasando, por ejemplo, por los 1.500 entre los municipios de entre 50.000 y 100.000 habitantes.

Como un ejemplo de esas otras formas de hacer política, os dejo la dirección del blog de la Plataforma +de un Ciudadano. Os llevaréis alguna sorpresa si miráis con atención. Tanto si lo hacéis como si no, si curioseáis la página os encontraréis la mirada de un grupo de gente que quiere hacer algo por su ciudad sin dejarse enconsertar por el duro miriñaque de los partidos tradicionales:

Para terminar, una gran canción de los siempre combativos The Clash: Revolution Rock.

9 de mayo de 2011

Miradas

Hace un rato acabo de cerrar la inscripción en el concurso Ojo de pez, organizado por la revista homónima del complejo cultural-industrial de La Fábrica. Se trata de un concurso centrado en el tema de fotografía documental social. Comparto con vosotros las fotos enviadas (algunas ya las habréis visto en este blog, aunque sin el tratamiento de blanco y negro) y el texto justificativo de la selección:

Hace poco alguien me hizo una interesante reflexión: la primera vez que, hace miles de años, un ser humano vio su rostro fue, bien en un reflejo de un cauce de agua, bien en la pupila de otro ser humano. No soy un experto en evolución humana. Quizá sea por eso que esta segunda opción me parece tan improbable como sugerente. Les explicaré por qué.
Hace casi 20 años que salí por primera vez de España, con destino a Brasil. Desde entonces, he aprendido mucho de mí mismo en mis viajes. Decir he aprendido mucho de mí mismo vale tanto como decir que he aprendido mucho de la vida, pues creo que vida y persona se comprenden de forma inseparable. Al final, la vida va de descubrir quién es uno mismo y por qué cree que vale la pena estar y seguir aquí. Y descubrir eso es descubrir qué es la vida y por qué merece la pena vivirla.
En ese doble camino, los demás son pieza imprescindible. Nos encontramos con ellos, les esquivamos o entramos en comunión, aprendemos o desaprendemos con ellos y por ellos. Su mirada nos ayuda a descubrir quiénes somos y nuestras miradas les ayudan a descubrir quiénes son. No es una ayuda directa. Es una ayuda hecha, fundamentalmente, de interrogaciones y sobreentendidos. La mirada de la gente nos pregunta quién nos hemos creído que somos o qué pretendemos. Nos revela en un gesto de admiración que hemos hecho algo de valor o condena nuestra actitud cuando herimos y defraudamos. Muestra curiosidad o desprecio, odio o amor y, en ocasiones, una confusa mezcla de todo ello.
Esta colección de fotos muestra las miradas de personas que en Brasil, India, Chad, Marruecos, Burkina Faso o Argentina me enseñaron a mirarme con sus miradas. A veces, con miradas ni tan siquiera dirigidas a mí. La mirada de una pareja de tango en Buenos Aires me hace preguntarme por el sentido de la pasión y el juego. La de un jefe mossi cerca de Koudougou, en Burkina Faso, me habla del peso de la tradición. La de un campesino sin tierra en una manifestación en Salvador de Bahía hace que me interrogue sobre si vale la pena rebelarse contra la injusticia.
Podría seguir hablando de mis fotos, pero prefiero que las miradas que encierran les despierten a ustedes sus propios sentimientos, reflexiones o enseñanzas. El valor de estas fotos son las miradas de la gente. Lo que nos dicen de ellos y lo que nos preguntan sobre nosotros. Espero que, como a mí, estas miradas les interpelen.





















5 de mayo de 2011

Postal desde Argentina - Contradicciones


"Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé", dice el tango de Discépolo (y citar un tango para hablar de una foto tomada en Argentina sí que no es una casualidad). A estas alturas de la película, pocos pueden ignorarlo. Bien es verdad que hay distintas posiciones posibles desde las que observar este hecho. Bien lo decía Clint Eastwood: "El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el  revólver cargado y los que cavan". Tomando en cuenta el hecho de que el mundo es una porquería, están los que tienen la pistola cargada, lo saben desde el principio y sacan provecho de la porquería. Luego, estamos los que cavamos en la porquería para entregarle la perlas a los que tienen el revólver cargado.
En fin, que tiendo a la digresión (yo estaba hablando de una foto). La foto que ven fue tomada hace algunos años en El Chaltén, un pueblito de la Patagonia argentina al pie de las montañas (pero no de los Apeninos, sino de los Andes). El Chaltén, ubicado en mitad de la bella nada natural del Parque Natural de los Glaciares, fue fundado en los años 80 para afirmar la pertenencia de su territorio a la nación argentina frente a la chilena. Una historia un poco de Far West.
El pueblo es también un poco de Far West, aunque en lugar de indios y vaqueros, la fauna humana que se encuentra allí es la de montañeros de todo el mundo con o sin experiencia y porteños hartos de las ínfulas de grandeza de Buenos Aires y su gente en busca de iluminación personal. Evidentemente, nadie es de allí y todos los que allí se juntan lo hacen convocados por la cercanía y apabullante belleza del Cerro Torre y el Fitzroy, dos de los picos más desafiantes y hermosos de las montañas de América Latina. Entre excursión y excursión, montañeros poco experimentados, guías porteños, camareras neozelandesas y jóvenes lonelyplaneteros se juntan en bellos cafés de aire inglés a beber te y comer alfajores y en ruidosos salones de albergues juveniles a comer carne y pizza. Confieso que yo fui uno de ellos y no estoy arrepentido de tan dulce culpa, por supuesto.
De nuevo digresiono (o disgrego, o dilexio, no lo sé, es un poco tarde y debería estar durmiendo), pero voy llegando a la foto. Para mí, es una foto que habla de soledad y de espacios abiertos. Y también de contradicciones. ¿A quién se le ocurre bautizar nada menos que con el nombre del libertador de Argentina a una presunta avenida que en realidad es una calle vacía en la que, eso sí, toda la tierra ha sido parcelada? ¿A quién se le ocurre parcelar una tierra si no está ocupada? No quiero ser obvio, ni seguir escribiendo a tan altas horas del insomnio. Vivimos tiempos fieros, sin duda. Fieros y poco humanos.
En fin, volvamos a la sensatez de la música. "De Enrique Santos Discépolo, un tango que lleva por título Cambalache".

3 de mayo de 2011

Postal desde Brasil - Niñas gitanas en Marcionilio Souza


Marcionilio Souza es un municipio del estado de Bahía, perdido en medio de la nada. Un lugar al que muchos calificarían de moridero. A más de 300 kilómetros de la capital, Salvador, sus tierras son áridas y se ven a menudo arrasadas por la sequía. Hay poco trabajo y nada que hacer: ver la tele, disfrutar de las fiestas locales, jugar partidos de fútbol vespertinos, beber, afiliarse a alguna de las muchas iglesias evangelistas que proliferan en la localidad, intentar medrar mediante la política y aprobar unas oposiciones para asegurarse un sueldo de mera supervivencia para el resto de la vida son casi todas las escasas opciones que existen.
Sin embargo, en mi geografía personal, Marcionilio es muy importante. Allí fue donde descubrí Brasil, mi Brasil. Un Brasil de gente humilde que sobrevive de la alegría, de campesinos sin tierra, de curas comprometidos con la liberación, de samba y forró, de vaqueros vestidos de cuero (no, no es una perversión), de leyendas de forajidos heróicos como Lampiao y hombres-lobo. Un Brasil lleno de música, de humanidad sufriente y alegre, de calor, de sensación de vida.
Nada de ello hubiera sido posible sin Arturo, un hermano del que os hablaré otro día, casi un segundo padre.
Pues bien, allí, en un rincón perdido de este poblacho perdido, en una tarde perdida me encontré con un campamento de gitanos. Diferentes como en todas partes, apartados como en todas partes, alegres como en todas partes, me dejaron fotografiarles. Fue un caos de niños deseando chupar cámara y de gritos de  mayores intentando poner orden en el desconcertante guirigay. Fue una tarde de luz bruja, hace muchos años, a miles de kilómetros de donde hoy escribo y que, sin embargo, está aquí mismo, cercana en el tiempo y en el espacio, mientras contemplo esta foto antigua y escribo estas líneas nuevas.

Esta canción no tiene que ver con el tema de los gitanos, pero sí con la época en que descubrí Brasil. Pasen y descubran (si no lo conocían) el Corazón de estudiante de Milton Nascimento.

Regalos - "La contracultura a través de los tiempos", de Ken Goffman

Entre los libros que han caído en mis manos en las últimas semanas a raíz de mi cumpleaños y debido a la generosidad de amigos, parientes y dama, figura uno extraordinariamente curioso: La contracultura a través de la historia, de Ken Goffman. El libro repasa, en un tono enrollado y nada pedante, alguna de las principales corrientes contraculturales de la historia, como su subtitulo indica: De Abraham al acid-house.
¿Qué tienen en común personalidades tan distintas cómo Abraham, Sócrates, Voltaire, Bob Dylan, David Bowie o Abbie Hoffman? Pues que forman parte, cada una a su manera, de la historia de la contracultura, tal como la ve Goffman. Y, ¿qué es la contracultura? Pues, según la define uno de los históricos de la contracultura estadounidense, el apóstol del LSD Timothy Leary, es algo más bien indefinido (a menudo también, como se ve luego en el libro, contradictorio) que "florece donde quiera y cuando quiera que unos cuantos miembros de una sociedad eligen estilos de vida, expresiones artísticas y modos de pensar y ser que abrazan con entusiasmo el antiguo axioma de que la única constante verdadera es el cambio en sí mismo".
Es un libro que da mucho de sí, por lo que es probable que este blog vuelva sobre él (qué bonito eso de escribir en tercera persona, qué importante se siente uno, coño). De momento, sólo quería dejaros lo que a mí me parece una perlita. Se trata de una cita de la Declaración de Port Huron, un documento elaborado por una agrupación de universitarios progresistas llamada Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS, en sus siglas inglesas).

"...Contemplamos al hombre como algo infinitamente valioso y poseedor de capacidades no colmadas para la razón, la libertad y el amor... Nos oponemos a la despersonalización que reduce a los seres humanos a la condición de cosas....
El objetivo del hombre y la sociedad debe ser la independencia humana: la preocupación no por la imagen o la popularidad, sino por encontrar un significado a la vida que sea auténtico en lo personal, una calidad de la mente no dirigida compulsivamente por una sensación de falta de poder, ni que adopte sin pensar valores establecidos, ni que reprima cualquier amenaza a sus hábitos, sino que tenga acceso completo y espontáneo a las experiencias presentes y pasadas, que una con facilidad las partes fragmentadas de la historia personal, que se encare abiertamente con los problemas... 
Soledad, alienación, aislamiento describen hoy la enorme distancia entre hombre y hombre. Estas tendencias dominantes no pueden ser vencidas mediantes una mejor gestión personal, no con mejores aparatos, sino sólo cuando el amor del hombre venza en el hombre al culto idólatra por las cosas".

Bueno, podemos estar contentos, ¿no? ¡Estamos en el buen camino! Para celebrarlo, un poco de espiritualidad oriental de la mano de George Harrison: