13 de mayo de 2012

Gredos (cambiando de laberintos)

Dicen que abril es el mes más cruel. El mío no ha estado exento, desde luego, de duelos y quebrantes. Pero ya ha pasado todo (el mes y, parece ser, los duelos). Por si acaso, decidido a infundir a mayo otra dinámica, intento compatibilizar encierros de anacoreta urbano y supuesto estudiante con porciones de vida al aire libre. La idea es cambiar de laberintos. Abandonar los laberintos de nuestras moradas interiores y urbanas y afrontar los laberintos de la piedra y el agua, el sudor y el sol.


Gredos es un buen lugar para encontrarse con estos laberintos. Un paisaje mágico que te recuerda que tampoco hay que tener tanto miedo a los laberintos. Al final, todos son el mismo: la vida. Y todos tienen un único minotauro: uno mismo.












P.S.: Gracias a Ana y a Ojcar por estar ahí. Y no me refiero a la foto.

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