Es sólo una foto de una pintada y una ventana enrejada en la divina ciudad de Córdoba. Pero a mí me parece también una estupenda metáfora del momento que vivimos. Un momento de angustia colectiva en la que las viejas salidas de emergencia morales a los problemas sociales y económicos se van taponando una tras otra. Los desequilibrios de la sociedad, hasta hace poco mitigados por el Estado del Bienestar, parece ser que van a hacerse más profundos, duraderos e imposibles de esquivar. Esperemos que a nadie se le ocurra, ante lo negro del panorama, comenzar a abrir nuevas salidas de emergencia no contempladas en las tapias, un poco desmejoradas, de la democracia.
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