5 de enero de 2012

Medios para el conflicto político (CRAG)

Acudo a mis estudios para enriquecer (a eso aspiro, al menos), el contenido de este blog. En el interesante artículo de Juan Jesús González sobre los resultados de las elecciones generales en España en 1996, 200 y 2004, este profesor de la UNED habla de "una tendencia de la democracia en general, y de la española, en particular, hacia lo que se ha dado en llamar democracia de audiencia... centrada en los medios". Inmediatamente después, constata: "el protagonismo cada vez más indiscutible de los medios no implica, por desgracia, la existencia de una esfera pública al servicio de un electorado juicioso y bien informado, sino un sistema mediático polarizado que, lejos de arbitrar y regular el conflicto político, se convierte en parte activa de dicho conflicto".
En román paladino, el profesor González apuntala mi idea (nada original, lo sé) de que los periodistas en España nos hemos metido en la trinchera (o echado al monte), intentado marcar, por encima de nuestras justas atribuciones de representación del derecho general de los ciudadanos a la información, la agenda política.
Aunque en ello sean especialistas los periodistas de la caverna (según afortunada expresión de José María Izquierdo), creo que muchos periodistas supuestamente progresistas o de izquierdas no podrían tirar la primera piedra si la condición para poder hacerlo fuese estar libre de pecado. Un pecado de soberbia con la que a menudo se mezclan los intereses económicos.
(Y dejadme poner un ejemplo. Hace poco hablaba con un amigo que trabaja en ABC y le comentaba que me sorprendía la radicalización ideológica del periódico en los últimos meses. Él me contestó: "Es que si no, La Razón y El Mundo se lo comen todo").
En fin, tristes tiempos para el periodismo, que se ahoga en el lodo de los intereses empresariales y los servilismos políticos -que no ideológicos. Tampoco es nada nuevo. Todas estás cosas ya las cantaban Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán antes incluso de la llegada de la democracia.


Claro, que no es mi canción preferida de CRAG. Sé que no viene a cuento, pero ahí va:

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