11 de diciembre de 2012

Regalos - "Ante el dolor de los demás"

Hace ya tiempo, casi en otra vida, que unos amigos me regalaron dos libros preciosos de Susan Sontag sobre la fotografía. Me leí Sobre la fotografía -perdonad la redundancia, pero ése era el título- hace ya algún tiempo, y dejé reseña de ello en este blog. Por lo que sea, no había vuelto a las palabras de Sontag en meses. Lo hice algunas semanas y en Ante el dolor de los demás me encontré un libro en el a sus reflexiones sobre la falsa neutralidad de la fotografía, Sontag encadena sus reflexiones sobre la compasión y la solidaridad y la posibilidad de una acción que transforme estallidos de indignación y compasión en algo efectivo. Unas reflexiones que creo iluminadoras en esta época de saturación de información y de pasividad y que comparto con vosotros.

Roger Fenton

Sontag parte de la idea de que las fotografías no tienen una lectura única. Ni siquiera las que muestran los horrores de la guerra. La razón es que 

"no debería suponerse un "nosotros" cuando el tema es la mirada al dolor de los demás".

¿Es esto así? Así parece, si hacemos caso -y a mí me parece muy conveniente hacerlo- a las subsiguientes explicaciones de la novelista y ensayista norteamericana: 

"Para los que están seguros de que lo correcto está de un lado, la opresión y la injusticia del otro, y de que la guerra debe seguir, lo que importa precisamente es quién muere y a manos de quién... Para los militantes la identidad es todo".

Mathew Brady

Pero, aparte del choque de lecturas que los distintos conflictos pueden provocar en los distintos espectadores (Sontag cita el acertado ejemplo de las distintas lecturas que la foto de un niño palestino o judío muerto puede tener para palestino y judíos), el libro se adentra en el problema de cómo leemos la violencia y la tragedia que se produce lejos de nuestras casas instalados en el cómodo sofá de nuestro salón. Un privilegio recientemente adquirido por parte de la humanidad, pues

"ser espectador de calamidades que tienen lugar en otro país es una experiencia intrínseca de la modernidad, la ofrenda acumulativa de más de siglo y medio de actividad de esos turistas especializados y profesionales que son los periodistas. Las guerras son ahora también las vistas y sonidos de las salas de estar".

Krieg dem Kriege!

Pero ese privilegiado acceso a la información no nos ha convertido ni nos convierte necesariamente en mejores, sino, en la mayoría de los casos, en simples mirones.

"Quizás las únicas personas con derecho a ver imágenes de semejante sufrimiento extremado son las que pueden hacer algo para aliviarlo o las que pueden aprender de ella. Los demás somos mirones, tengamos o no la intención de serlo".

¿Cómo puede uno llegar a ser un voyeur del horror? Muy fácil, según Sontag:

"La conmoción puede volverse corriente. La conmoción puede desaparecer... Al igual que se puede estar habituado al horror de la vida real, es posible habituarse al horror de unas imágenes determinadas".

Y, además,

"dondequiera que la gente se sienta segura, sentirá indiferencia".

¿Entonces? ¿Nadie conoce a nadie? ¿Nadie hará nada por nadie? No, no es así. La compasión es posible. Pero...

"es una emoción inestable. Necesita traducirse en acciones o se marchita. La preguntas es qué hacer con las emociones que han despertado (las fotografías), con el saber que se ha comunicado".

Werner Bischof

No basta la simpatía, hay que ir más allá:

"Siempre que sentimos simpatía, sentimos que no somos cómplices de las causas del sufrimiento. Nuestra simpatía proclama nuestra inocencia así como nuestra ineficacia.... (hay que) apartar la simpatía que extendemos a los otros acosados por la guerra... a cambio de una reflexión son cómo nuestros privilegios están ubicados en el mismo mapa que su sufrimiento, y pueden estar vinculados".

Don McCullin

A partir de aquí, Susan Sontag no puede, honestamente preguntar a la leniniana pregunta de qué hacer. Tan sólo se atreve a aventurar que "parece un bien en sí mismo reconocer... cuánto sufrimiento a causa de la perversidad humana hay en un mundo compartir con los demás".

Larry Burrows

No sé si sirve de mucho o no ese reconocimiento. Evidentemente, está claro que el no reconocimiento sirve de menos. Por lo que pudiera pasar, este post está aderezado con fotos de algunos de los fotógrafos de guerra que la Sontag menciona en su libro.


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