2 de febrero de 2011

Revolución, te echábamos de menos

Puede que sea una palabra gastada. Sin duda, ha sido prostituida en numerosas ocasiones. Parecía casi desaparecida de nuestros vocabularios postmodernos. Pero ahí está, como nos recuerdan nuestros compañeros de fatigas tunecinos y egipcios. Su reaparición en este teatro del mundo la saluda Lluis Bassets en un breve pero edificante post de su muy recomendable blog Del alfiler al elefante cuya lectura os recomiendo vívamente (la del post y la del blog en general).


Es una palabra que forma parte de los anhelos de mucha gente que no vive como nosotros en un postmundo hecho de presunta postmodernidad y posthistoria. De gente como los trabajadores rurales sin tierra brasileños que se organizan en el MST, por ejemplo (en la foto, campesinos del asentamiento del MST en Beira Rio, Marcionilio Souza, Bahía, en una misa de campaña celebrada en marzo de 1997).
Puestos a ponerle un poco de música a la cosa (hace mucho que tenía el mundo del showbiz olvidado), me apetece compartir con vosotros una canción que, evidentemente, ha envejecido mal. También han envejecido mal el cantante y la revolución a la que se refiere. Pero quiero reivindicar el valor de una palabra tan demediada para decir que el mundo puede cambiar. Sé que nos han hecho creer que no. Pero es mentira. Tiene que ser mentira. Los egipcios y los tunecinos nos demuestran que lo es. Sabemos que no hay que ser ingenuos. Pero alguien debe recordarnos de vez en cuando que tampoco debermos ser cínicos. Al menos, no todo el tiempo.

En fin: ¡con ustedes, el inigualable Silvio Rodríguez!

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