15 de agosto de 2011

Comentario a Félix de Azúa

Ayer comencé a leer un artículo de Félix de Azúa, pero no pude pasar del primer párrafo. Hoy, en su blog, le he explicado por qué. Reproduzco mis razones. Espero que no me tachéis de demagogo, aunque podría haber incurrido en dicho pecado. Pasa en las mejores familias. También en la de Azúa.


Estimado señor Azúa.
Ayer por la mañana (o tarde, en estos días de pereza no percibo bien el transcurso del tiempo) comencé a leer el artículo que usted firmaba en las páginas de opinión del diario "El País". Le confieso que no pude pasar del primer párrafo. Me pareció muy sutil, aunque tampoco especialmente original, la idea que expresaba en él. Desde luego, este país no es ni tan rico ni tan moderno como nos hemos creído hasta hace pocos meses. Pero me pareció extremadamente desafortunada su formulación.
Llamarnos "africanos apenas domesticados" no es que me pareciera un insulto a las personas que habitan el suelo de este territorio que el devenir histórico convirtió en el Estado Español. Pero sí me pareció un insulto para las personas que habitan ese continente al que los europeos, con nuestra afán civilizador y evangelizador (por otra parte, nada más que disfraces de nuestro afán explotador que aún hoy practicamos con evidente falta de caridad cristiana o de respeto por los derechos humanos, como a usted más le plazca) destrozamos la vida desde hace cinco siglos.
Usted es un hombre de estudios y de letras y, lógicamente, ha leído a Hegel y debe pensar, como él, que en África no existe la historia y que si no existe la historia es porque no existe la humanidad, porque los seres subhumanos que allí viven no tienen espíritu. Si no es así, explíqueme de dónde proviene esa expresión de "africanos apenas civilizados". A lo mejor es que piensa directamente que la gente que muere en Somalia, que lucha por sobrevivir en países como Chad o Burkina Faso no es gente, sino que son directamente animales.
Si es así, bravo. Su artículo es el último exponente de una larga tradición filosófica europea que entre sus manifestaciones históricas más notables nos ha dejado dos sangrientas guerras mundiales, el horror de la "Shoa" y el "Gulag", la monstruosidad del colonialismo y, en estos últimos tiempos, esta edificante crisis económica que vivimos. Manifestaciones de un "Volkgeist" que, desafortunadamente, los pueblos africanos no tienen. Si ellos se matan en guerras incomprensibles es porque son animales que no han alcanzado el nivel de domesticación europeo. Ni siquiera el básico de los pobres españolitos.
Don´t you think so, Mr. Azua?

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