11 de agosto de 2011

Postal desde México - Éxtasis en Izamal


Recién llegado de México, quiero compartir con vosotros algo de lo allí vivido. Todavía resuenan en mi cabeza la dulzura del acento de su gente y la belleza de todo lo visto. Han sido quince días, tan cortos como intensos junto con mi dama. Quince días de ruinas mayas, playas paradisíacas, cenotes, autobuses de toda laya que están muy dentro de mí. Quince días de los que es muy difícil seleccionar momentos y parajes. Pero, probablemente, el lugar que más me impresionó y me sumió en una sensación de belleza cercana al éxtasis haya sido el convento de San Antonio de Padua en Izamal, un pueblo perdido a más de una hora de autobús de Mérida, la capital del estado de Yucatán. Un pueblo de sol, sombreros, siesta y haciendas. Un lugar que sería un verdadero moridero sino encerrase tanta belleza en sus casas empedradas, en sus pirámides mayas y, sobre todo, en el increíble atrio de su convento franciscano.
Para descansar de tanta frase ampulosa, os dejo con un clásico. Mexicano, por supuesto. Y en dos versiones.


2 comentarios:

Madame Blavatsky dijo...

la Khaleesi llorona se lo pasó teta.

cortescarrasbal dijo...

Las princesas siempre hacen que el valor de los viajes se incremente.