7 de enero de 2011

Noche de Reyes

Mi amor me regala libros. Sabe que me gustan, que amo su alma de negro sobre blanco; la música extraña de sus palabras, que se transforma en imágenes y sueños. Impaciente, después de amar a mi amor, me vuelvo hacia los libros que, traídos hasta mí por ella, se han vuelto también una extensión suya. Y en los libros y en ella amo más la inaprensible esencia de la vida. Una vida que ella y los libros hacen más honda, más sentida, más densa, más sensualmente viva.

Mis padres me enseñaron a dar gratis lo que se recibe gratis. Haciendo honor a su lección de vida, quiero daros gratis algo de esa vida que ella y sus libros me dan. Algunas cosas, evidentemente, no se pueden compartir, ni tan siquiera mencionar. Otras no son tan secretas, y merecen (casi deben) ser difundidas.

Por eso, aquí os dejo algunos retazos de vida que en esta Noche (insomne y lectora) de Reyes me han regalado ella y sus libros.

Haz mucho el bien
y después tíralo al río.
Aunque los peces lo ignoren,
Dios lo sabrá.
(Amadou Hampaté Ba, en Cuentos de los sabios de África)

Numerosos viajeros espirituales,
seres a ratos perdidos, a ratos
demasiados solos o sencillamente preocupados
por sortear un obstáculo -usted y yo, a fin de cuentas-,
han pedido a los cuentos que alumbren su camino.
Y los cuentos les han proporcionado 
la luz que necesitaban...
Los cuentos son ancianos inmemoriales
y benévolos. Conocen la música
del corazón del mundo. Responden siempre
a nuestras preguntas, a poco que se lo pidamos,
con esa misma inocencia de la que están hechos.
(Henri Gougaud, Sabiduría de los cuentos: modo de empleo, poema-introducción al libro Cuentos de los sabios de África, de Amadou Hampaté Ba)

Hacer ver las cosas rodeadas del aura de su actualidad es más valioso, resulta mucho más fructífero (aunque sea indirectamente) que jugar la baza de las ideas de la educación del pueblo, en última instancia tan pequeñoburguesas.

La realidad, la existencia de las cosas es epifánica.
(Miguel Ángel Cuevas, hablando sobre Pier Paolo Pasolini y su cine en la introducción a su novela Chavales del arroyo)

Los hombres no saben estar solos, por eso forman agrupaciones absurdas.

La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan... de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados... Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto.
(Paul Valéry, citado por Zygmunt Bauman en el prólogo de Modernidad Líquida)

¡Uf! Tal vez demasiada cita literaria, ¿no?. Terminemos con una musical. Por que sí o porque no, y porque no había aparecido todavía en este blog, siendo uno de los grandes, con todos vosotros: ¡Caetano Veloso!

2 comentarios:

Madame Blavatsky dijo...

Como un niño abriendo regalos, una imagen hermosa que no quiero apartar de mi retina.

Los Reyes han sido generosos conmigo, me han susurrado un regalo anoche al oido. Y, como ya te dije, estoy segura de que todo irá bien.
El mejor regalo para mi.

Madame Blavatsky dijo...

Eso, y Londres, claro. Quê idioma se habla allå?